miércoles, 12 de junio de 2013

El Plan Calomarde.


Plan Calomarde

Sabemos que en España se vivieron épocas convulsas, una de ellas y de las más movidas fueron los años que abarcan el s. XIX. Uno de estos puntos fueron los escarceos y devaneos, con el liberalismo, que sufrió la política de nuestro país a todos los niveles. Ya que en 1823 y más concretamente en octubre, el supuesto rey constitucional que gobernaba en España, Fernando VII, se refugió en la asociación de naciones denominada Santa Alianza.

Esta era una asociación de Austria, Prusia y Rusia frente a la ola de revoluciones de carácter liberal que azotaba Europa. Su propósito era salvaguardar y reestablecer el poder de las monarquías europeas.
Así se produjo la invasión de los llamados “Cien Mil Hijos de San Luis”, un ejército francés que penetró en España solo con el propósito de restaurar el absolutismo de Fernando VII, que aunque no había jurado la Constitución 1812, esta sí que le restringía hasta cierto punto.

En estos términos entró dicho ejército, disolvió las Cortes de Cádiz y repuso el poder de Fernando VII, cosa que llevo al traste todos los avances jurídicos en todas las materias en España. En el ámbito de la educación se derogó el Reglamento General de Instrucción pública de 1821.

En este clima convulso surgió una figura detrás de Godoy llamado Calomarde, que abogó siempre por el poder absoluto, y a la llegada de Fernando VII fue nombrado Ministro de Gracia y Justicia. Así se convirtió en la mano derecha del monarca y se puso a la cabeza de uno de los grandes partidos políticos de por entonces.
De este cargo y poder salen las distintas reformas educativa, que posteriormente se denominan Plan Calomarde.

-          En 1824, estimula la creación y mantenimiento de escuelas, mediante una Real Orden se establecen exámenes para Maestros abalados por la Junta Suprema de Caridad. En el ámbito universitario se reinstaura el Antiguo Régimen anulando los grados conferidos en el Trienio Liberal, y disponiendo reglamentos de control ideológico en la Universidad, seminarios conciliares, prohibición de libros, etc. Llegó incluso a crear escuelas expresamente para la tauromaquia.

-          El Plan General de Estudios del Reino (1824), que vuelve a poner al frente estudio de Leyes y Teología en detrimento de las distintas ciencias políticas, naturales y filosóficas potenciadas por las Cortes de Cádiz. Esta ley que es de carácter napoleónico, regula los sueldos de los catedráticos y suprime las universidades de menor calado y subsistiendo las universidades de Huesca y Zaragoza. También abre nuevos centros universitarios en los centros insulares (Mallorca y Canarias).

En este clima, el miedo a la libertad docente se desata, e incluso se llega a instar a diversos juramentos a los universitarios. Como anécdota podemos tener el cierre temporal de las Universidades que quedaban abiertas, y el apoyo a la creación de escuelas de tauromaquia anteriormente mencionadas. 

 -          El Plan y Reglamento de Escuelas de Primeras Letras (1825), que será completado por otras disposiciones. En un resumen se aplica a la enseñanza primaria un principio de uniformidad y responsabilizando el éxito de esta a las autoridades locales. El curriculum básico se sitúa en la doctrina cristiana, leer y escribir correctamente, la Ortografía, y se aplica el método de Lancaster de monitores. El sistema educativo se basa en premios y los castigos físicos. También se remarca la enseñanza femenina completa, a la vez que se inspira de profunda religiosidad el conjunto de normas pedagógicas.

Todas estas disposiciones sobre la educación pervivió en las reformas efectuadas por Moyano a mediados del s. XIX y posteriormente la legislaciones conservadoras hasta los finales del s. XX.

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